
Hablemos en este caso de madera, materia base por excelencia.
Hay que empezar por reestructurar la superficie, esto es, rellenar huecos, corregir imperfecciones, adherir piezas o fragmentos perdidos,...
Una vez tenemos una superficie uniforme, procede la fase de estucado. El estuco es una mezcla a base de cal y adhesivos orgánicos, una buena proporción de los mismos dará un excelente resultado en cuanto a dureza, uniformidad del posterior dorado, resistencia a las inclemencias climáticas, durabilidad.
Tras el estuco pasamos a lijar la superficie, de manera que volvamos a tener la misma talla que en madera. El lijado debe ser muy fino, no ha de haber imperfecciones en la superficie, cualquier hondonada o agujero, por pequeño que parezca, se verá aumentado por efecto óptico cuando esté dorado.